| Las madres, familiares y víctimas tenían razón: Milani fue un represor | | |
 Al igual que la Conadep en el plano nacional, en el año 1984 se creó la Comisión Provincial de Derechos Humanos de La Rioja, que pese a trabajar en condiciones más que adversas, logró elaborar un valiosísimo “Informe final y documentos elaborados” sobre las violaciones a los derechos humanos cometidas en el territorio provincial durante la última dictadura militar. |
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Fecha:07/01/2015 14:56:00 
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Dicho informe consta de tres partes: la primera es la parte analítica elaborada a partir de las denuncias la segunda es un apéndice estadístico de los cesanteados, presos, desaparecidos y muertos la tercera parte está constituida por los testimonios receptados.
De estos tres tomos se realizaron copias autenticadas por los miembros de la comisión (entre ellos el Dr. Ricardo Mercado Luna) y se entregaron respectivamente a los tres poderes constitucionales de la provincia. Pese a ello, este documento histórico jamás tuvo una difusión comparable a la del “Nunca Más” ni siquiera en la propia provincia de La Rioja. Tres décadas después –como bien apunta Miguel Bonasso en su último libro “Lo que no dije en Recuerdo de la muerte”– una copia del material fue entregado a la presidente Cristina Fernández con la llamativa omisión de las reiteradas menciones al teniente general César Santos Gerardo del Corazón de Jesús Milani.
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Sin embargo, el actual jefe del Ejército figura en los folios 174 y 175, más precisamente en el testimonio brindado por el ex preso político Ramón Alfredo Olivera, quien afirma en primer término que el responsable del operativo de secuestro de su padre fue César Milani, entonces subteniente de ingenieros. Pocos días después, el 14 de marzo de 1977 el propio denunciante fue también secuestrado y conducido al Instituto de Rehabilitación Social (IRS), lugar en el que sufrió torturas físicas posteriormente se lo trasladó al Tribunal Federal, donde no se le admitió la denuncia efectuada y fue sometido a un violento interrogatorio, durante el cual era constantemente intimidado por Milani.
Llama poderosamente la atención asimismo que se le haya restado importancia al esclarecedor testimonio de Olivera a la hora de votar el ascenso a teniente general de Milani, echando por tierra además con la tradición de más de veinte años de negarle preventivamente ascensos a militares cuestionados por violaciones de los derechos humanos. En ese sentido, tuve el honor de presidir la Comisión de Acuerdos entre los años 2001 y 2003, período en el que se rechazaron los pliegos de ascenso al Capitán de Fragata, Julio César Binotti y al Teniente Coronel Rafael Mariano Braga.
Frente a las evidencias de estos tres tomos, especialmente a los que hemos luchado por la memoria, la verdad y la justicia, nos debería llenar de indignación que Milani haya dicho que “en La Rioja la represión fue pasiva y de baja intensidad”. Como escribió Horacio Verbitsky: “Esto no es cierto. Mientras él (Milani) estuvo allí fueron asesinados por militares y policías el obispo Enrique Angelelli, los sacerdotes Carlos Murias y Gabriel Longeville y el laico Wenceslao Pedernera.
En la introducción al “Informe final y documentos elaborados” se puede leer: “El miedo sintetiza el período del Proceso. Fue un símbolo. […] En la Rioja funcionó la picana, se castigó con palos, piolas, cadenas, alambres, cinturones de cuero con los puños, las rodillas y los pies, todo con saña atroz. […] Pero, donde el miedo se entrampó gracias a sutiles y refinadas técnicas, fue en los vericuetos psíquicos. La calumnia –con sus golpes de lengua– desmenuzó a los hombres hasta los huesos. […] Ese miedo cobarde mandó desaparecer a gentes para que no denuncien, matar para que no hablen y a destruir pruebas comprometedoras. […] El miedo no se erradicó del todo en La Rioja, y cabalga todavía.
*Ex Gobernador de Entre Rìos
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