Un viaje hacia las utopías revolucionarias CLLLI. “El cóndor pasa…”

Un viaje hacia las utopías revolucionarias CLLLI. “El cóndor pasa…”

	Esta es la denominación de una zarzuela de música andina de un autor peruano estrenada en 1913 y es el nombre que usurparon las policías secretas de Chile, Argentina, Bolivia, Paraguay, Uruguay y Brasil para denominar un plan de coordinación represiva dirigido a asesinar y/o hacer desaparecer a militantes populares y revolucionarios latinoamericanos.
	Envíenos su consulta o comentario. \| Recomendar esta noticia Fecha:29/12/2015 12:52:00 Texto completo de la noticia

Luego del golpe en Chile que derrocó al gobierno socialista de Salvador Allende, la Dirección de Inteligencia Nacional del país transandino que encabezaba el General Juan Manuel Sepúlveda Contreras, les propuso a los diferentes gobiernos de la región concertar una estrategia común para poder enfrentar el crecimiento de las organizaciones revolucionarias, sin respetar los límites nacionales o las fronteras e incluso sin darle intervención a la justicia.
El así denominado “Plan Cóndor” fue sugerido por el Secretario de Estado del gobierno de los Estados Unidos Henry Kissinger.
La Casa Blanca, involucrada en una guerra antipopular en Vietnam, Laos y Cambodia, veía con preocupación el auge de los movimientos antiimperialistas en nuestro Continente.
En el primer encuentro que Augusto Pinochet -sostuvo con el General Perón, luego de que este último ganara las elecciones en 1973, se conversó el tema.
En el país ya habían comenzado a operar bandas para estatales –que confluirían en el “Somaten” criollo sugerido por el “Líder” en la reunión del Consejo Superior del Movimiento, de octubre de ese año.
La siniestra“ Triple A “ formó parte de esta coordinación represiva y asesinó a más de 1500 compatriotas en el período 1973-1976.
El largo tentáculo de la DINA chilena victimizó al General Carlos Prats y a su esposa el 30 de setiembre de 1974 en las calles de Buenos Aires.
Este había sido un militar constitucionalista, leal al presidente Salvador Allende, que fuera separado de la Jefatura del Ejército del hermano país por la presión de la derecha.
Sin duda que el trágico año 76 fue el que concentró mayores operaciones de coordinación, en el marco de esta Internacional del Terror.
El 18 de mayo fue secuestrado, en un hotel céntrico de Buenos Aires en la calle Corrientes, el legislador uruguayo ZelmarMichelini junto con su par Héctor GuetierrezRuiz, y los compatriotas de ambos Rosario del Carmen Barredo y William Whitelaw.
Los cadáveres de todos ellos aparecieron dos días después en un vehículo estacionado en un barrio de la ciudad, con signos de haber sido brutalmente torturados.
Lo conocí a Zelmar, en los primeros meses del año 74, cuándo a sugerencia de Ettore Pierri, un compañero uruguayo que integraba la mesa de redacción del Diario “El Mundo”, lo incorporamos como columnista.
Sostuve largas conversaciones con él que tenía una gran formación cultural y un profundo conocimiento de la historia de su país y del rol fundamental en las guerras independentistas del siglo 19, de José Gervasio Artigas.
Solíamos almorzar en esos meses en una parrilla de unos uruguayos que estaba ubicada en la calle Maipú entre Sarmiento y Corrientes.
La publicación de un artículo suyo en el que exigíamos la libertad del General Liber Seregni, que cofundara el Frente Amplio en su país, en el que confluían diferentes corrientes políticas e ideológicas, determinó que el Gobierno argentino nos iniciara una causa penal por entender que “dificultábamos las relaciones diplomáticas con la nación oriental”.
Un absurdo más del “General en su laberinto”.
Unos meses después, más precisamente el 2 de junio, fue asesinado en las calles de nuestra ciudad capital, elGeneral boliviano Juan José Torres junto a su esposa.
Este, presidente de su país en el período octubre de 1970 a agosto de 1971, de claras posiciones nacionalistas y antiimperialistas, fue derrocado por un golpe encabezado por el Dictador Hugo Banzer que tenía estrechos contactos con el gobierno de Washington.
En setiembre fue detenido “legalmente”, en el Municipio de Llallagua de la nación andina Luis Stamponi.
Pese a que esta detención apareció publicada en el diario “Presencia”de La Paz, días más tarde fue extraditado a nuestro país pasando a engrosar la larguísima lista de “desaparecidos”.
Su madre, que llegó a la capital de la nación hermana y se entrevistó con las máximas autoridades de la misma reclamando por la vida y la libertad de su hijo, fue secuestrada al regresar, en la ciudad de Buenos Aires, por personal del Batallón 601 de Inteligencia del Ejército y asesinada en uno de los “campos de exterminio“ de la Dictadura genocida.
Con este compañero, que integraba el Ejército de Liberación Nacional que combatiera en los años 60 bajo las órdenes del Che, compartimos el intento de Alicia Eguren y de John William Cooke de conformar un Frente de Liberación Nacional en 1962 en Cuba.
El, en ese momento, integraba el grupo de Palabra Obrera que lideraba el Vasco AngelBengochea.
Tuvimos largas conversaciones ya que tenía una sólida formación marxista que me ayudaba a comprender esta concepción, imprescindible para una correcta praxis revolucionaria.
Años más tarde lo perdí de vista y sabía que se había integrado al ELN siendo uno de los hombres de confianza de esa organización que lideraban los hermanos Peredo luego de la caída en combate del Che.
Nuestro Partido había acordado con el MIR chileno, el MLN –Tupamaros –uruguayo, y esa organización boliviana, la conformación de la Junta de Coordinación Revolucionaria para enfrentar al “Plan Cóndor”.
Luis, nuestro compañero, integraba la misma en representación de este y dado sus conocimientos técnicos había sido clave en el diseño de una metralleta fabricada en los talleres del partido que la denominaran “JCR”.
Cientos fueron los latinoamericanos secuestrados y asesinados por las fuerzas represivas que integraban el llamado “Plan Cóndor” y el largo brazo de esta internacional del terror llegó hasta la capital del Imperio donde fue “ejecutado” el 21 de setiembre el ex Canciller del Gobierno de Salvador Allende Orlando Letelier.
Estábamos llegando a los últimos meses de este año de sombras, de terror, de pérdida de compañeros imprescindibles y en mi caso de mi hermana, por la que sentía un inmenso amor.
¿Cuál es el balance?.
¿Se empieza a desarrollar la idea del repliegue?.
Estos y otros temas abordaremos en nuestra próxima nota de esta saga.

*Abogado. Ex Director del diario “El Mundo” y de las revistas “Nuevo Hombre” y “Diciembre 20”.