La palabra clan refiere a grupo de personas, unido por intereses comunes, con estricta obediencia a un jefe determinado. El duodécimo libro del periodista Daniel Enz, se titula El Clan. Ilustra la tapa el fotografiado rostro de Sergio Urribarri, ex gobernador (2007/2015) y actual presidente de la Cámara de Diputados de Entre Ríos. El subtítulo anticipa el eje central del contenido de las 426 páginas: La familia que se apropió del Estado – Negocios, corrupción y falsedad ideológica. Elaboró el prólogo Nicolás Wiñazki. Son 18 los capítulos, en los que El Clan recorre las últimas tres décadas de circunstancias registradas en el escenario visible y en la trastienda del poder, de la provincia.
En la década de los años 90, se acrecentó el complemento del libro como soporte de la labor periodística, en especial para abordar actos reñidos con la decente administración del erario público de la Nación y en beneficio de ambiciones más individuales que colectivas, con derrame en el progreso material de parientes y allegados. La “mano en la lata” fue justificada con la expresión “robo para la corona”, pronunciada por un legislador mendocino, ahora millonario, que en 1988 gestionó un crédito blando del Banco Hipotecario para adquirir una modesta vivienda.
La producción bibliográfica de Daniel Enz, deriva de su condición de fundador y director de la revista Análisis, que acumula más de mil números editados, con constante espacio dedicado a denunciar episodios malévolos, tanto en instituciones oficiales como en el tejido social de Entre Ríos, de un modo capaz de provocar adhesiones y rechazos, pero vacunado contra la indiferencia. Para redactar El Clan, la principal fuente de consulta de Daniel Enz fue la colección completa de su semanario, períodos 1990/1994 y 1996/2016, tiempo coincidente con la ascendente trayectoria de Sergio Daniel Urribarri, en el espinel de la política entrerriana.
Urribarri nació el 7 de octubre de 1958, en Arroyo Barú, pequeña localidad del departamento Concordia, en el hogar de madre docente y padre ferroviario. La familia se mudó a General Campos. En 1987 la lista justicialista ganó las elecciones y Urribarri quedó consagrado intendente. De allí en más no dejó de desempeñarse en cargos del Estado. Del municipio a la legislatura, al gabinete del gobierno provincial y al despacho mayor de la Casa Gris. Si fue delfín de Jorge Pedro Busti, se desprendió de esa influencia y se convirtió en el “hombre fuerte” de la política entrerriana, con estrechos lazos con el poder central. Precisamente, El Clan comienza en la secuencia del triunfo de Urribarri, en los comicios de 2007, con las primeras manifestaciones de vocación de liderazgo absoluto.
El mandato fue ratificado en las urnas de 2011 y Urribarri abrió la expectativa de ser candidato presidencial en 2015, aspiración luego reducida a acceder al ministerio del Interior si Daniel Scioli sucedía a Cristina Fernández de Kirchner en el comando del país. El Clan indaga en ese recorrido, de virtuales campañas proselitistas, que insumieron gastos considerables. Mientras tanto, era motivo de comentarios la exposición de progreso patrimonial de la familia Urribarri. Por ejemplo, la mansión construida en la zona del lago de la represa Salto Grande.
A mediados de diciembre de 2015, la revista Análisis publicó un artículo que tuvo eco en el foro local. Dos abogados requirieron a la Justicia la investigación del presunto enriquecimiento ilícito de Urribarri. El Clan actualiza el trámite: el 1 de agosto de 2016, de manera simultánea se allanaron ocho oficinas y propiedades de Juan Pablo Aguilera, hermano de Ana Lía Aguilera, esposa de Sergio Daniel Urribarri. En su descargo, el ex gobernador sostiene que la actividad de empresario, en especial en el rubro agropecuario, explica el desarrollo de su situación económica. Así están las cosas, en un expediente que a corto, mediano o largo plazo tendrá definición.
El Clan es un libro denso e inquietante, en línea con lo que dice y atribuye a la amplia galería de nombres propios de mandatarios, funcionarios de los tres poderes del Estado, empresarios, sindicalista, abogados, contadores y policías. En consonancia con estafas como la de la cosechadora fantasma, contratos oscuros y gastos abultados en ceremonial sin austeridad. En relación con la neutralización de organismos de control y la estrategia de dominar a los medios de comunicación para sofocar la crítica de las cosas y casos borrascosos. Daniel Enz no se somete a ese anhelo.
*Periodista - Escritor
Publicado el 17 de mayo de 2017
@alfieriguillermo
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