Luchamos por la segunda y definitiva independencia | |
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Sin embargo, tenemos que decir, lamentablemente, que en nuestro país hoy hay incontables hechos que muestran que esa independencia que aquellos patriotas firmaron en 1816 no logró realizarse plenamente ni fue definitiva. Como militante políticos y sociales permanentemente reflexiona acerca de cómo podemos lograr la construcción de un país independiente, próspero, lleno de trabajadores para la gente, para el pueblo entrerriano y argentino, y resulta inevitable analizar cuales son las cadenas que sujetan a la Argentina a los deseos e intereses de potencias extranjeras. EL LASTRE DE LA DEUDA ILEGÍTIMA Y FRAUDULENTA El primer hecho indiscutible es una deuda externa que nos somete económicamente y lleva a los gobiernos que no cuestionan su legitimidad a sacar plata de donde no la hay para pagarla, resignando el desarrollo y la industrialización nacional. Una deuda que ya fue investigada por un patriota contemporáneo como Alejandro Olmos y un fallo del juez Jorge Ballesteros la declaró ilegítima, usuraria y fraudulenta. Creemos que no sólo debería investigarse la porción de deuda contraída por la última dictadura militar, con la nefasta estatización de deudas privadas de empresas privadas como las pertenecientes al grupo Perez Companc, la familia Fortabat o el propio grupo de Macri. La actualidad exige que también se investigue el capítulo kirchnerista de la deuda externa y del actual Gobierno, para revisar cómo han sido estos endeudamientos que condicionan el desarrollo de nuestro país, como en la actualidad, a 100 años de pagos a usureros extranjeros. LA TIERRA EN MANOS AJENAS Y EL "ORGULLO" DEL GRANERO DEL MUNDO El segundo rasgo insoslayable de la dependencia es la enorme cantidad de tierras en manos extranjeras que hay en nuestro país, de ingleses, estadounidenses, italianos como Benetton en el sur. Tierras que podrían ser utilizadas productivamente por miles de campesinos que hoy no tienen un lugar donde producir. Esto nos lleva además a la discusión sobre la producción en el sector agropecuario. Cuando uno piensa en un país independiente, con pleno desarrollo de sus fuerzas de productivas, piensa en un país que fabrique no alimento para los cerdos de China sino para su propia gente y para el resto del mundo. En este sentido, la dependencia ha generado en la Argentina el supuesto privilegio -motivo de orgullo para algunos- de ser granero del mundo, relegándonos a la producción de materia prima y a la compra (importación) de productos industrializados, inclusive a nivel alimenticio. Consideramos que este es un país en el que si se aborda el problema de la tierra en relación a la producción y se realiza una reforma agraria que permita miles de nuevos productores y no solamente se comercialice la producción primaria sino productos industrializados, no solamente avanzaríamos en el lugar que tenemos en el mundo sino en la calidad de alimentos que consumen nuestros compatriotas. Entendemos que la sojización es parte de esa dependencia que nos ata a tener que vender productos primarios y está claro que ni el Gobierno anterior ni el actual han invertido un sólo peso en el desarrollo de las economías regionales que producen la diversificación agropecuaria. Así como la tierra es un recurso estratégico para el desarrollo nacional, también hay que hablar de las enormes reservas de agua potable y también del hierro y los minerales de la zona de la Cordillera de Los Andes, que hoy son extraídos por empresas extranjeras, que casi no pagan regalías para llevárselos y provocan además graves daños ambientales, contaminando cursos de agua y poniendo en riesgo la salud de la población. LA INDUSTRIA NACIONAL Como pueblo argentino nos debemos una discusión alrededor de la posibilidad de poder desarrollar una industria propia, que genere miles de puestos de trabajo a partir del procesamiento de estas materias primas. Un caso ejemplificador es el de los hidrocarburos, con la mayoría de las reservas en manos extranjeras. Hubo en algún momento proyectos nacionales como el del peronismo de desarrollo de industria metalmecánica pesada, liviana, de desarrollo de una flota marítima propia, que han quedado totalmente olvidados en el tiempo y ni siquiera los gobiernos identificados con el peronismo trabajaron en un desarrollo en ese sentido. MALVINAS También hay que decir que el nuestro es un país que tiene parte de su territorio ocupado por potencias colonialistas extrajeras como los ingleses en Malvinas. En torno a ese territorio insular existe toda una discusión respecto de los recursos naturales, del futuro de nuestra Antártida Argentina, tan cuidada y estudiada por un puñado de científicos que va todos los años, haciendo grandes sacrificios que muchas veces no son reconocidos con inversiones desde el Estado nacional. Es fundamental revisar los tratados de Madrid y Londres -tratados entreguistas firmados por el menemismo y nunca más discutidos durante los gobiernos siguientes- y poner en discusión el rol de las empresas inglesas en la Argentina Para poder conseguir y realizar todas estas tareas pendientes para el desarrollo y la verdadera independencia se requiere retomar ese mérito que han tenido nuestros patriotas de 1916: una gran definición a favor del pueblo, de la felicidad de una nación independiente, con pleno empleo, desarrollo productivo y el compromiso de llevarlo adelante más allá de los intereses personales de los dirigentes políticos. Eso, lamentablemente, no ha sido entendido por los últimos gobiernos que hemos tenido y por eso hoy hablamos de gobiernos ajustadores y corruptos que han hecho pagar al pueblo las consecuencias de una política entreguista.
(*) Candidata a diputada nacional por Entre Ríos, Lista 50 Encuentro Social, Militante del Partido Comunista Revolucionario (PCR) - Partido del Trabajo y del Pueblo (PTP) | |