| Natalia MIra le responde al docente separado del Pellegini | | |
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“Me sorprende su arrogancia”, dice Natalia Mira, la alumna cuyo rostro aparece en el meme que publicó el profesor de Biología de la Escuela Superior de Comercio Carlos Pellegrini en su muro de Facebook, donde ridiculiza el lenguaje inclusivo haciéndole decir una frase de sexo explícito, en un mensaje cuyo título es “Basta de feminazis”. Recién llegada de unos días de vacaciones, Natalia conversó ayer con PáginaI12 sobre el episodio que terminó con la suspensión preventiva del docente Renato Rístori y se refirió a las declaraciones que hizo unas horas antes, donde llega a decir que no se había dado cuenta de que era ella quien aparecía en el meme, a pesar de que se trata de una conocida activista estudiantil.
“Se queda corto para lo que estamos esperando que responda”, dijo en una entrevista con este diario la adolescente, de 17 años, que fue en 2018 presidenta del Centro de Estudiantes. “Estaría bueno que se replanteara sus actitudes. El está trabajando hace veinte años en el Pellegrini. No es un tema de esta semana. Tiene antecedentes. Un docente de la Escuela no puede transmitir valores homofóbicos, racistas, misóginos como hace él. Hoy las comunidades educativas no estamos dispuestas a que se transmitan ese tipo de ideas en las aulas”, advirtió la joven. Y pidió que se ponga además, “el foco” en que “no es el único docente” que enseña esos valores. “Rístori hay un montón en otras escuelas. Lo grave es que casi la mitad de las universidades públicas no tienen protocolos de actuación en casos de violencia machista, y que las capacitaciones a docentes en educación sexual integral son casi inexistentes”, alertó. “La educación tiene que venir acompañada con perspectiva de género porque si no, se queda corta”, aseveró Natalia.
Como tantas adolescentes en la Ciudad de Buenos Aires, lleva atado en su mochila el pañuelo verde, símbolo de la Campaña por el Derecho al Aborto Legal. “El año pasado, los padres de una alumna de 14 años denunciaron con una nota a las autoridades de la Escuela que le había sacado fotos sin su permiso. Hubo cursos que no entraban a clase en repudio. La respuesta de las autoridades fue: ‘Andá a pedir perdón’. Hubo cursos que decían que no querían que les diera clase si no había presente otra autoridad y tuvo que ir en algunos casos el vicerrector de la mañana o un regente. Claramente no es un tema de esta semana. Es un clásico escuchar por los pasillos de sus alumnes sus chistes sobre bulimia anorexia, agregando que en Estados Unidos hay más gordos que personas, connotación o fuera de contexto o no, como él indica, sigue transmitiendo un mensaje nefasto”, dice Natalia. Mientras habla, rompe en pedacitos cada vez más pequeños el papel del sobre de azúcar que le acaba de poner al café con leche. La charla transcurre en un bar.
Rístori publicó el meme el 16 de enero, pero recién la semana pasada lo vio Natalia. Se lo mandó una amiga. En el meme, la adolescente es presentada con un arma en la mano en una actitud agresiva y beligerante. Otro de los personajes se burla del lenguaje inclusivo de géneros, pidiéndole decir “Mi moto alpina derrapante” con la letra “e”, de tal manera que el personaje, con el rostro de Natalia aparece diciendo explícitamente en el cuadro siguiente: “Me mete el pene de repente”. Y el otro personaje la insulta: “Q idiota”. El mensaje de la publicación es “Basta de feminazis”. El viernes la mamá hizo la denuncia en el fuero Contravencional. El lunes se presentó un petitorio a las autoridades del Pellegrini, con más de ochocientas firmas padres, madres, tutores, alumnos y hasta docentes pidiendo la suspensión preventiva de Rístori y que se le inicie un sumario administrativo-académico. Al día siguiente, las autoridades del Pellegrini anunciaron que accedían a ambos planteos, mientras se ponía en marcha el protocolo de actuación en casos de violencia de género y se investigaba el hecho. “Celebro que la escuela vaya a aplicar el Protocolo. Nos costó dos años que exista y tres, para que lo apliquen”, cuestionó.
Natalia está por empezar su último año en el Pellegrini y tiene planeado estudiar “Física” en la UBA. Fue alumna de Rístori en segundo año. En aquel momento, dice, “mi mirada era: tratemos de pasarlo y planteábamos nuestros problemas en comisión de Género o en la revista La Bola, de la escuela, que tiene una sección de ‘frases célebres’ y él y otros profesores la llenaban. Los tiempos cambiaron mucho en estos cinco años. Antes te veías solo con el docente, que cerraba las notas a fin de año. Hoy sabemos que podemos plantear nuestros reclamos colectivamente, que otras pibas y pibes te van a acompañar. Y esto se fue construyendo en los últimos tres años, fundamentalmente a partir del Ni Una Menos. Se fue generando una sororidad entre nosotres. Ya no es gracioso que un profesor haga comentarios como el de la banana tal vez años atrás, hasta había alumnos que se reían. Hoy en día, las nuevas generaciones de 13 años no lo toman a la ligera. Somos mucho más críticos de lo que pasa en las aulas. Por eso me preocupa que en la mitad de las universidades no haya protocolos de actuación en estos casos y tampoco capacitaciones a docentes en educación sexual integral”, destaca, Natalia.
–¿Te afecta que te digan feminazi?
–Me parece grave el tema de que las personas que bregamos por la igualdad de derechos seamos comparadas con quienes ejecutaron el Holocausto.
Durante 2018, Natalia desarrolló su activismo a favor de la despenalización y legalización de la interrupción voluntaria de embarazo y tuvo amplia visibilidad, y recibió agresiones por las cuales su madre, también tuvo que actuar ante la justicia.
Es la tercera de tres hermanxs. El domingo cumple 18 años.
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