“Hay una sobreestimación de la eficacia de los protocolos”, advirtió el director del Hospital San Martín
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Estar más de 30 minutos en un ambiente cerrado no ventilado, es un riesgo cierto, aseguró
“Hay una sobreestimación de la eficacia de los protocolos”, advirtió el director del Hospital San Martín
 
Ver imagen Carlos Bantar, director del principal nosocomio de Paraná e integrante del COES, considera que es “utópico” pensar que se pueden cumplir los protocolos en determinadas actividades, por ejemplo, cumpleaños o recepciones.

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Fecha:22/01/2021 8:41:00 
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“Hay una sobreestimación de la eficacia de los protocolos para evitar la transmisión, fundamentalmente en actividades que hacen virtualmente utópico el cumplimiento de dichos protocolos”, subrayó Bantar, médico especialista en microbiología y director del Hospital San Martín, de Paraná. “Por ejemplo, hipotetizar que se puede organizar una marcha con el cumplimiento de un protocolo de no transmisión de un virus por vía aérea o por contacto, es virtualmente una utopía tanto si a esa marcha van 20 o 200 personas”, señaló.

Apuntó que lo mismo ocurre en “un cumpleaños de 40 personas que van a comer y beber”. Al respecto sostuvo: “Es utópico pensar que esas personas van a cumplir el protocolo que busca evitar la transmisión de un virus respiratorio, cuando la mayor eficacia de ese protocolo es que la persona tenga un tapaboca-nariz puesto, de manera que su secreción respiratoria no contagie a la persona que tiene enfrente. Pero si la gente está comiendo y bebiendo a menos de dos metros de distancia, va a ser muy difícil que ese protocolo se cumpla”, aseveró.

Por eso advirtió: “Cuando se dice que se cumplen los protocolos y que eso asegura que no habrá transmisión, a mí me parece que es, cuanto menos, utópico en determinadas actividades”.

En cambio, sí consideró eficientes a los protocolos que se aplican en bares y restaurantes, pero solamente cuando las mesas están ubicadas en un lugar abierto y no cerrado. “Eso sí hace una diferencia fundamental para el cumplimiento del protocolo, porque estar al aire libre y mantener la distancia, evidentemente y eficientemente elimina la transmisión”, afirmó.


· Clases presenciales

Consultado por esta Agencia respecto a la vuelta a la presencialidad en las aulas, anunciada en la provincia para el 1° de marzo, Bantar expresó que el tema “tiene varias aristas”. En primer lugar, se refirió al grado de exposición al virus. “Eso va a depender de la ventilación del aula y de la densidad de alumnos presentes”, señaló. Inmediatamente remarcó: “Sí constituye un riesgo una reunión prolongada de personas en un ambiente cerrado. Desde el punto de vista de mi especialidad, considero que estar más de 30 minutos en un ambiente cerrado no ventilado, es un riesgo cierto. Está demostrado que es mayor el riesgo en esas condiciones, y más aún si nadie tiene el tapabocas puesto, que probablemente no lo tengan”.

Por eso consideró que el espacio donde se desarrollarán las clases “es un punto a tener en cuenta respecto al protocolo que se diseñe para la presencialidad”.



· En primaria, menos riesgo

Luego expresó que “otra arista a considerar es que los chicos en edad de escolaridad primaria tienen una prevalencia de infección menor que los mayores de 15 años”. Señaló que esto es así “probablemente debido al menor número de receptores que los chicos tienen en las vías aéreas superiores, llamados receptores ACE2 (enzima convertidora de angiotensina 2)”. Se trata de una proteína que el covid-19 utiliza para introducirse dentro de las células humanas, y que en los chicos se encuentra en menor cantidad que en los adultos.

Bantar aseguró que “los estudios sobre chicos menores de 15 años han dado cifras de entre el 9% y el 14% de infección, es decir, muy menores a las cifras de la circulación comunitaria concomitante en las poblaciones donde esos chicos residen. Esto significa que los menores se infectan menos y transmiten menos, entonces serían un riesgo menor comparado con una aglomeración de gente de mayor edad, como podría ser una escuela para adultos, la universidad o incluso la secundaria”, subrayó.

Consultado sobre si le parece razonable volver a las clases presenciales en este contexto, el médico respondió: “En la escuela primaria se podrían adoptar algunas modificaciones de protocolos, con formas semipresenciales, talleres grupales con distanciamiento y la posibilidad de estar al aire libre en los primeros momentos”.

De todos modos, consideró que “va a depender mucho, como pasa en todas partes del mundo, de la dinámica de la vacunación. Porque si la población de riesgo está vacunada, cuando los chicos que asisten a la escuela vuelvan a su núcleo familiar, se supone que la persona vulnerable a ser contagiada estaría protegida”. Pero aclaró: “Eso en caso de que descubramos que la vacuna es eficiente para evitar el contagio, que tampoco lo sabemos con certeza todavía. Desde marzo todo es un gran experimento, vivimos experimentando y rediseñando experimentos cuando van apareciendo las evidencias del experimento anterior”.

Por último, el director del San Martín lamentó que el orden del esquema de vacunación se defina en base a “debates parciales que se dan en la sociedad” y que “no tienen lógica”. Lo dijo en referencia al planteo realizado por los docentes respecto al grado de exposición que tendrían frente al aula, y a que se “ate el inicio de clases a la posibilidad de vacunar a todos los docentes, como protección”.

“El docente es uno solo frente a un grupo de 20 o 30 chicos. Pero ¿y el hacinamiento de esos chicos que después esparcen el virus hacia toda su familia y hacia todos sus amigos?”, se preguntó. (APFDigital)
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