La bofetada de Trump al “campo”
El sector cuestiona “por perjudicial” la quita de aranceles a la importación desde Argentina. En el mercado local la res no para de subir y se traslada a mostradores.
Fecha/Hora: 17/11/2025 08:11
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Mientras luego de las elecciones de medio término, el precio de la carne pegó varios saltos en los mostradores locales, la decisión de Donald Trump respecto a aumentar las importaciones de cortes vacunos desde Argentina mete más presión a esas remarcaciones. Al mismo tiempo, la operación genera críticas de los agricultores estadounidenses que la califican como una “traición” y la cuestionan por competencia desleal.
“Es una bofetada para los productores estadounidenses”, aseguró un productor yanqui.
El argumento del mandatario norteamericano se basa en motorizar la ampliación de la oferta para incidir en la baja de precios de venta para el mercado interno. Trump mira los sondeos, donde la principal preocupación de la población es el costo de vida.
Si bien Javier Milei tiene como uno de sus caballitos de batalla el mantener a raya la inflación, tras la victoria de su fuerza política en los comicios de octubre, los precios de alimentos en góndolas se reacomodaron a los vaivenes del tipo de cambio. “La escalada del precio del novillo (carne vacuna mayorista) no se detiene: trepó 9,1 por ciento la semana pasada, ubicándose 21,2 por ciento arriba de media Oct-25. El traslado al precio minorista/consumidor se potenciaría en las próximas semanas. Por ende, la inflación no descendería del 2,3 por ciento en Nov-25”, detalló el economista Lorenzo Sigaut Gravina, en X.
El crecimiento de la demanda externa tienta a los frigoríficos a comprar la mayor cantidad de toneladas para obtener una jugosa rentabilidad si el destino es la importación. La maniobra recorta animales al consumo interno y empuja los precios al alza.
La bofetada
“Los ganaderos, a quienes amo, no entienden que la única razón por la que les va tan bien, por primera vez en décadas, es porque impuse aranceles al ganado que entra a Estados Unidos, incluido un arancel del 50 por ciento para Brasil”, opinó Trump en redes sociales.
Y advirtió: “Sería bueno que lo entendieran, pero también deben bajar sus precios, porque el consumidor es un factor muy importante también para mí”. En un año, según el organismo oficial de medición, el precio de la carne vacuna trepó 14 por ciento.
Los productos con mayor impacto de aumentos durante los últimos meses fueron carnes, café y bananas. El marco del tratado que Estados Unidos presentó para Argentina es, justamente, una copia del ofrecido en paralelo a Ecuador, El Salvador y Guatemala. Todos países productores de los alimentos que se encarecieron en las góndolas de la potencia del norte.
“¿Cuán bananero es el acuerdo? El Wall Street Journal ayer tenía dos notas: una sobre los problemas domésticos de Trump por el precio de bananas, café y carne. La otra con el acuerdo con cuatro países bananeros para bajar el precio de bananas, café y carne”, reportó en X, el científico Ernesto Resnik.
Estados Unidos buscará cuadruplicar la cuota de compra de toneladas de carne argentina al año: de 20.000 a 80.000, sin aranceles. Hasta ahora las importaciones en ese rubro representaban el 2 por ciento y por encima de esa cifra pagaban 26,4 por ciento de impuestos.
La iniciativa forma parte del marco de acuerdo con ese país, al que el canciller Pablo Quirno calificó como el pasaje del ¡No al Alca! hacia el ¡Viva la Libertad Carajo!, por considerarlo ventajoso. Sin embargo, en el ámbito nacional y al interior de EE.UU se reproducen las protestas sobre el trato que mantiene en secreto la letra chica.
Tanto grupos ganaderos como legisladores opositores norteamericanos alzaron la voz por considerar desventajosos algunos de los ítems pactados. Por ejemplo, sobre la importación de carne vacuna, un producto que viene sufriendo incrementos también en territorio yanki.
El conflicto escaló al punto de que las entidades ganaderas acusan a Trump de haberlos “traicionado por Argentina”. Se trata de un sector cuyo apoyo fue clave para el retorno del ex presidente a la Casa Blanca.
Hace apenas pocos meses, los productores también se quejaron fuerte. A través de la Asociación de Soja Estadounidense le pidieron a Trump que de inmediato negociara un acuerdo comercial con Pekín, a modo de compensación porque Argentina había colocado veinte cargamentos de oleaginosa con destino a China en sólo dos días, beneficiada con la eliminación momentánea de retenciones y la habilitación del swap por 20.000 millones de dólares.
“Si Trump sigue adelante con lo que ha planteado, creo que es una traición al ganadero estadounidense. Da la sensación de que nos está vendiendo a un competidor extranjero”, afirmó Christian Lovell, ganadero de Illinois y director sénior de programas de Farm Action, ante la quita de aranceles recíprocos y el aumento de la cuota de carne argentina, anunciado el viernes pasado.
El acuerdo marco bilateral por parte de Washington no reveló detalles, pero en un apartado señala que “ambos países se comprometieron a mejorar las condiciones de acceso bilateral y recíproco a los mercados de carne vacuna”.
Los productores ven que los precios de los insumos importados crecen, que otros escasean y que se les cierran mercados donde pueden vender, como en el caso de la soja hacia el gigante mercado asiático. Y ahora ocurre con la carne.
Desde la Asociación Nacional de Ganaderos remarcaron que “no pueden respaldar al presidente mientras socava el futuro de los agricultores y ganaderos familiares al importar carne vacuna argentina en un intento de influir en los precios”.
“Es una bofetada para los productores estadounidenses”, aseguró un productor yanqui.
El argumento del mandatario norteamericano se basa en motorizar la ampliación de la oferta para incidir en la baja de precios de venta para el mercado interno. Trump mira los sondeos, donde la principal preocupación de la población es el costo de vida.
Si bien Javier Milei tiene como uno de sus caballitos de batalla el mantener a raya la inflación, tras la victoria de su fuerza política en los comicios de octubre, los precios de alimentos en góndolas se reacomodaron a los vaivenes del tipo de cambio. “La escalada del precio del novillo (carne vacuna mayorista) no se detiene: trepó 9,1 por ciento la semana pasada, ubicándose 21,2 por ciento arriba de media Oct-25. El traslado al precio minorista/consumidor se potenciaría en las próximas semanas. Por ende, la inflación no descendería del 2,3 por ciento en Nov-25”, detalló el economista Lorenzo Sigaut Gravina, en X.
El crecimiento de la demanda externa tienta a los frigoríficos a comprar la mayor cantidad de toneladas para obtener una jugosa rentabilidad si el destino es la importación. La maniobra recorta animales al consumo interno y empuja los precios al alza.
La bofetada
“Los ganaderos, a quienes amo, no entienden que la única razón por la que les va tan bien, por primera vez en décadas, es porque impuse aranceles al ganado que entra a Estados Unidos, incluido un arancel del 50 por ciento para Brasil”, opinó Trump en redes sociales.
Y advirtió: “Sería bueno que lo entendieran, pero también deben bajar sus precios, porque el consumidor es un factor muy importante también para mí”. En un año, según el organismo oficial de medición, el precio de la carne vacuna trepó 14 por ciento.
Los productos con mayor impacto de aumentos durante los últimos meses fueron carnes, café y bananas. El marco del tratado que Estados Unidos presentó para Argentina es, justamente, una copia del ofrecido en paralelo a Ecuador, El Salvador y Guatemala. Todos países productores de los alimentos que se encarecieron en las góndolas de la potencia del norte.
“¿Cuán bananero es el acuerdo? El Wall Street Journal ayer tenía dos notas: una sobre los problemas domésticos de Trump por el precio de bananas, café y carne. La otra con el acuerdo con cuatro países bananeros para bajar el precio de bananas, café y carne”, reportó en X, el científico Ernesto Resnik.
Estados Unidos buscará cuadruplicar la cuota de compra de toneladas de carne argentina al año: de 20.000 a 80.000, sin aranceles. Hasta ahora las importaciones en ese rubro representaban el 2 por ciento y por encima de esa cifra pagaban 26,4 por ciento de impuestos.
La iniciativa forma parte del marco de acuerdo con ese país, al que el canciller Pablo Quirno calificó como el pasaje del ¡No al Alca! hacia el ¡Viva la Libertad Carajo!, por considerarlo ventajoso. Sin embargo, en el ámbito nacional y al interior de EE.UU se reproducen las protestas sobre el trato que mantiene en secreto la letra chica.
Tanto grupos ganaderos como legisladores opositores norteamericanos alzaron la voz por considerar desventajosos algunos de los ítems pactados. Por ejemplo, sobre la importación de carne vacuna, un producto que viene sufriendo incrementos también en territorio yanki.
El conflicto escaló al punto de que las entidades ganaderas acusan a Trump de haberlos “traicionado por Argentina”. Se trata de un sector cuyo apoyo fue clave para el retorno del ex presidente a la Casa Blanca.
Hace apenas pocos meses, los productores también se quejaron fuerte. A través de la Asociación de Soja Estadounidense le pidieron a Trump que de inmediato negociara un acuerdo comercial con Pekín, a modo de compensación porque Argentina había colocado veinte cargamentos de oleaginosa con destino a China en sólo dos días, beneficiada con la eliminación momentánea de retenciones y la habilitación del swap por 20.000 millones de dólares.
“Si Trump sigue adelante con lo que ha planteado, creo que es una traición al ganadero estadounidense. Da la sensación de que nos está vendiendo a un competidor extranjero”, afirmó Christian Lovell, ganadero de Illinois y director sénior de programas de Farm Action, ante la quita de aranceles recíprocos y el aumento de la cuota de carne argentina, anunciado el viernes pasado.
El acuerdo marco bilateral por parte de Washington no reveló detalles, pero en un apartado señala que “ambos países se comprometieron a mejorar las condiciones de acceso bilateral y recíproco a los mercados de carne vacuna”.
Los productores ven que los precios de los insumos importados crecen, que otros escasean y que se les cierran mercados donde pueden vender, como en el caso de la soja hacia el gigante mercado asiático. Y ahora ocurre con la carne.
Desde la Asociación Nacional de Ganaderos remarcaron que “no pueden respaldar al presidente mientras socava el futuro de los agricultores y ganaderos familiares al importar carne vacuna argentina en un intento de influir en los precios”.