Breve historia de la PrEP en Argentina
Desde 2023, las obras sociales y prepagas tienen la obligación de brindar profilaxis pre-exposición PrEP en forma gratuita. Pero, según los datos del presupuesto 2026, podría terminarse la distribución.
Fecha/Hora: 04/12/2025 08:05
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La PrEP llegó por primera vez a la Argentina en 2018 a través de un estudio. Desde entonces, su administración se aprobó y federalizó. La reciente publicación del presupuesto 2026 encendió las alarmas: ¿se termina la distribución de PrEP en Argentina?
La profilaxis pre-exposición (PrEP) es una estrategia preventiva que consiste en la administración de antirretrovirales a personas seronegativas en riesgo de contraer VIH. La primera forma de PrEP en ser aprobada por la FDA (Food and Drug Administration) en Estados Unidos fue el Truvada en 2012, administrado en pastillas por vía oral. En 2014 su uso fue recomendado para población de riesgo y, además, se aprobó una segunda forma: Descovy.
Si bien la recomendación médica es la administración diaria y combinada con otros métodos de profilaxis como el preservativo, en 2014 también se probó la eficacia de un método on-demand, basado en un esquema 2-1-1 (dos pastillas hasta 24 horas antes de la relación, una pastilla 24 horas después, y una pastilla más 48 horas después). Desde entonces, la PrEP pasó a formar parte del imaginario colectivo de la comunidad LGBT (que coincidió con el abandono del preservativo en la mayoría de las producciones profesionales y amateurs de pornografía) como un método preventivo que circulaba ampliamente en el norte global, pero del cual en el sur aún se sabía poco y nada.
La PrEP llegó a la Argentina en 2018 de la mano del estudio HPTN 083. La sigla responde al HIV Prevention Trials Network (Red de pruebas de prevención de VIH), una iniciativa global establecida en el 2000 que reúne investigadorxs y especialistas en ética con la comunidad para desarrollar y probar la seguridad y eficacia de intervenciones diseñadas para preventir la adquisición y transmisión del VIH.
En el caso del HPTN 083, el objetivo del estudio (que se extiende hasta la actualidad) es probar la eficacia del cabotegravir, una presentación de PrEP inyectable cada dos meses. Luego, a mediados de 2021, el Ministerio de Salud implementó un plan piloto de PrEP con Truvada. En ese estudio participaron algunos centros de Buenos Aires y otras provincias con un número limitado de personas hasta que se demostró que es factible implementar PrEP en Argentina. A partir de entonces, se empezó a ampliar la cobertura de PreEP a través del Ministerio de Salud, abriendo nuevos lugares de dispensa en hospitales públicos y salas periféricas que se querían este sumar al proyecto.
Por último, a partir de 2023, a través del Boletín Oficial se incorporó el PMO (Programa Médico Obligatorio) y, desde entonces, las obras sociales y prepagas tienen la obligación de dar PrEP en forma gratuita a sus afiliadxs. Recientemente, se inició un nuevo estudio con Lenacapavir, otro tipo de PrEP inyectable subcutáneo, en esta oportunidad cada seis meses. Sin embargo, a pesar de ya estar aprobado por la FDA y de que se está empezando a distribuir en países del llamado tercer mundo a través de convenios con otras compañías que lo fabrican, todavía no está disponible en Argentina, al igual que el cabotegravir.
En las últimas semanas, tras la publicación del presupuesto 2026, las redes se llenaron de rumores acerca de la discontinuación de la administración de PrEP en el país. Sin embargo, aún no hay ninguna versión oficial. “No hay ninguna comunicación formal ni del Ministerio ni del gobierno de la Ciudad sobre el destino de la implementación de PrEP en el futuro. Esta es simplemente una especulación sobre el presupuesto anual que se publicó”, asegura el Dr. Guillermo Viloria, infectólogo y coordinador de la Clínica de Salud Sexual del Hospital Ramos Mejía. Si bien el presupuesto es menor y la capacidad de compras también lo sería, existen otros mecanismos de compras directas o de compras subsidiadas a través de OPS (Organización Panamericana de la Salud, la rama de la OMS que interviene en las Américas). Y, a pesar de que la PrEP llegó a la Argentina con bastante retraso respecto a otros países de la región, como Chile o Brasil (donde la distribución se hace hasta por medio de dispensers en el transporte público), el plan se viene implementando eficientemente.
Una de las objeciones más comunes a la PrEP es que su uso trae como correlato el aumento de otras infecciones de transmisión sexual (ITS). La teoría indica que, al descender el hábito del preservativo asociado al uso de PrEP, se espera que haya un aumento de ITS en esa población. Al respecto, los datos de los distintos estudios a nivel mundial, incluyendo la Argentina, son bastante discordantes.
A veces se observa un mayor aumento en los primeros meses de iniciado el uso de PrEP, asociado a lo que comúnmente se llama “compensación de riesgo”: por un lado, aumenta el cuidado del VIH; pero, por el otro, aumento el riesgo de contraer otras ITS. “No obstante, a la larga en la mayoría de estudios se ha observado una incidencia similar a la que venían teniendo esas personas antes de iniciar PrEP”, indica el Dr. Viloria. “De hecho, precisamente por eso inician PrEP: porque una de las características para iniciar el tratamiento es tener infecciones de transmisión sexual como marcador de que no te estás cuidando al 100%”.
Al día de hoy, sigue siendo necesario demostrar ser parte de una población de riesgo para acceder a PrEP. Esto es: hombres que tienen sexo con hombres, personas transgénero, trabajadorxs sexuales, usuarixs de drogas inyectables y personas con ITS. Sin embargo, esa demostración no tiene que ser certificada. “Alcanza con una indicación y evaluación médica que explicite el riesgo de infección con VIH”, señala el Dr. Viloria.
“En ese caso alcanza solo con la nota médica que indique el uso de PrEP, no es necesario formalizar con documentos el riesgo. Se piden los estudios, pero por una cuestión también de protocolo de estandarizado a través del Ministerio y la Sociedad de Infectología, de cuáles son los requerimientos para PrEP”.
Muchas veces se argumenta en contra de la PrEP como si su desarrollo fuera en detrimento de los tratamientos para VIH. Sin embargo, la mayoría de la medicación que se utiliza para PrEP primero pasa por las pruebas de tratamiento para el VIH y luego se seleccionan las que tienen determinadas características para utilizarlas en PrEP. “Hoy todos los medicamentos que están aprobados para PrEP, incluyendo lenacapavir y cabotegravir, se utilizan también en infección por VIH” asegura el Dr. Viloria.
“No están disponibles actualmente en Argentina, pero otros países se utilizan y con la misma opción de una inyección cada seis meses, una inyección cada dos meses, o incluso en forma de comprimidos”. Además, hay otros estudios que están en marcha para mejorar los tratamientos para VIH: pastillas una vez por semana y simplificación a una toma diaria para pacientes que vienen tomando mucha medicación con esquemas complejos debido a fallos en el pasado. Quizás es cierto que se habla menos en los medios y que la mayor información volcada sea sobre PrEP, pero sobre VIH también se están haciendo los mismos avances.
Si querés PrEP, podés comunicarte con Clínica de salud sexual (Clinsex) del Hospital Ramos Mejía a través de su WhatsApp 1133868530.
La profilaxis pre-exposición (PrEP) es una estrategia preventiva que consiste en la administración de antirretrovirales a personas seronegativas en riesgo de contraer VIH. La primera forma de PrEP en ser aprobada por la FDA (Food and Drug Administration) en Estados Unidos fue el Truvada en 2012, administrado en pastillas por vía oral. En 2014 su uso fue recomendado para población de riesgo y, además, se aprobó una segunda forma: Descovy.
Si bien la recomendación médica es la administración diaria y combinada con otros métodos de profilaxis como el preservativo, en 2014 también se probó la eficacia de un método on-demand, basado en un esquema 2-1-1 (dos pastillas hasta 24 horas antes de la relación, una pastilla 24 horas después, y una pastilla más 48 horas después). Desde entonces, la PrEP pasó a formar parte del imaginario colectivo de la comunidad LGBT (que coincidió con el abandono del preservativo en la mayoría de las producciones profesionales y amateurs de pornografía) como un método preventivo que circulaba ampliamente en el norte global, pero del cual en el sur aún se sabía poco y nada.
La PrEP llegó a la Argentina en 2018 de la mano del estudio HPTN 083. La sigla responde al HIV Prevention Trials Network (Red de pruebas de prevención de VIH), una iniciativa global establecida en el 2000 que reúne investigadorxs y especialistas en ética con la comunidad para desarrollar y probar la seguridad y eficacia de intervenciones diseñadas para preventir la adquisición y transmisión del VIH.
En el caso del HPTN 083, el objetivo del estudio (que se extiende hasta la actualidad) es probar la eficacia del cabotegravir, una presentación de PrEP inyectable cada dos meses. Luego, a mediados de 2021, el Ministerio de Salud implementó un plan piloto de PrEP con Truvada. En ese estudio participaron algunos centros de Buenos Aires y otras provincias con un número limitado de personas hasta que se demostró que es factible implementar PrEP en Argentina. A partir de entonces, se empezó a ampliar la cobertura de PreEP a través del Ministerio de Salud, abriendo nuevos lugares de dispensa en hospitales públicos y salas periféricas que se querían este sumar al proyecto.
Por último, a partir de 2023, a través del Boletín Oficial se incorporó el PMO (Programa Médico Obligatorio) y, desde entonces, las obras sociales y prepagas tienen la obligación de dar PrEP en forma gratuita a sus afiliadxs. Recientemente, se inició un nuevo estudio con Lenacapavir, otro tipo de PrEP inyectable subcutáneo, en esta oportunidad cada seis meses. Sin embargo, a pesar de ya estar aprobado por la FDA y de que se está empezando a distribuir en países del llamado tercer mundo a través de convenios con otras compañías que lo fabrican, todavía no está disponible en Argentina, al igual que el cabotegravir.
En las últimas semanas, tras la publicación del presupuesto 2026, las redes se llenaron de rumores acerca de la discontinuación de la administración de PrEP en el país. Sin embargo, aún no hay ninguna versión oficial. “No hay ninguna comunicación formal ni del Ministerio ni del gobierno de la Ciudad sobre el destino de la implementación de PrEP en el futuro. Esta es simplemente una especulación sobre el presupuesto anual que se publicó”, asegura el Dr. Guillermo Viloria, infectólogo y coordinador de la Clínica de Salud Sexual del Hospital Ramos Mejía. Si bien el presupuesto es menor y la capacidad de compras también lo sería, existen otros mecanismos de compras directas o de compras subsidiadas a través de OPS (Organización Panamericana de la Salud, la rama de la OMS que interviene en las Américas). Y, a pesar de que la PrEP llegó a la Argentina con bastante retraso respecto a otros países de la región, como Chile o Brasil (donde la distribución se hace hasta por medio de dispensers en el transporte público), el plan se viene implementando eficientemente.
Una de las objeciones más comunes a la PrEP es que su uso trae como correlato el aumento de otras infecciones de transmisión sexual (ITS). La teoría indica que, al descender el hábito del preservativo asociado al uso de PrEP, se espera que haya un aumento de ITS en esa población. Al respecto, los datos de los distintos estudios a nivel mundial, incluyendo la Argentina, son bastante discordantes.
A veces se observa un mayor aumento en los primeros meses de iniciado el uso de PrEP, asociado a lo que comúnmente se llama “compensación de riesgo”: por un lado, aumenta el cuidado del VIH; pero, por el otro, aumento el riesgo de contraer otras ITS. “No obstante, a la larga en la mayoría de estudios se ha observado una incidencia similar a la que venían teniendo esas personas antes de iniciar PrEP”, indica el Dr. Viloria. “De hecho, precisamente por eso inician PrEP: porque una de las características para iniciar el tratamiento es tener infecciones de transmisión sexual como marcador de que no te estás cuidando al 100%”.
Al día de hoy, sigue siendo necesario demostrar ser parte de una población de riesgo para acceder a PrEP. Esto es: hombres que tienen sexo con hombres, personas transgénero, trabajadorxs sexuales, usuarixs de drogas inyectables y personas con ITS. Sin embargo, esa demostración no tiene que ser certificada. “Alcanza con una indicación y evaluación médica que explicite el riesgo de infección con VIH”, señala el Dr. Viloria.
“En ese caso alcanza solo con la nota médica que indique el uso de PrEP, no es necesario formalizar con documentos el riesgo. Se piden los estudios, pero por una cuestión también de protocolo de estandarizado a través del Ministerio y la Sociedad de Infectología, de cuáles son los requerimientos para PrEP”.
Muchas veces se argumenta en contra de la PrEP como si su desarrollo fuera en detrimento de los tratamientos para VIH. Sin embargo, la mayoría de la medicación que se utiliza para PrEP primero pasa por las pruebas de tratamiento para el VIH y luego se seleccionan las que tienen determinadas características para utilizarlas en PrEP. “Hoy todos los medicamentos que están aprobados para PrEP, incluyendo lenacapavir y cabotegravir, se utilizan también en infección por VIH” asegura el Dr. Viloria.
“No están disponibles actualmente en Argentina, pero otros países se utilizan y con la misma opción de una inyección cada seis meses, una inyección cada dos meses, o incluso en forma de comprimidos”. Además, hay otros estudios que están en marcha para mejorar los tratamientos para VIH: pastillas una vez por semana y simplificación a una toma diaria para pacientes que vienen tomando mucha medicación con esquemas complejos debido a fallos en el pasado. Quizás es cierto que se habla menos en los medios y que la mayor información volcada sea sobre PrEP, pero sobre VIH también se están haciendo los mismos avances.
Si querés PrEP, podés comunicarte con Clínica de salud sexual (Clinsex) del Hospital Ramos Mejía a través de su WhatsApp 1133868530.